La Fiesta

Mozalbetes
Al fin terminé con esa payasada de las palabras, la verdad iñor(a) es quejé de ser yo por un rato, mucho diccionario... ahora, copiándole a la cabra chica regalona (léase Roxi) voy a poner un par de cuentos, con los que participé en Santigo 100 palabras y me mandaron pa' la casa... cuando los lean van a ver por qué me mandaron pa'l pago.
LA FIESTA
A 18 pisos de altura, mirando el Museo de Bellas Artes, comenzó la fiesta. Todos por un instante mínimo, casi económico, fuimos lo que queríamos ser, dejamos esa incomodidad de ser nosotros mismos y nos rendimos al simulacro (que no era necesario, porque apenas nos conocíamos, pero el deseo siempre se impone).
Algunos se entregaron a sus pasiones, descreyendo de la razón; otros miraron con cierto optimismo el porvenir; otros se sintieron jóvenes, atractivos, deseables, carismáticos, agradables, desenfadados… en fin, parece que ese es el espíritu de la fiesta, el de ser otro. Incluso, yo a ratos, me sentí feliz.
Algunos se entregaron a sus pasiones, descreyendo de la razón; otros miraron con cierto optimismo el porvenir; otros se sintieron jóvenes, atractivos, deseables, carismáticos, agradables, desenfadados… en fin, parece que ese es el espíritu de la fiesta, el de ser otro. Incluso, yo a ratos, me sentí feliz.
El Viejito que intenta volver (más lento que choque de globos)