miércoles, diciembre 05, 2007

El wurlitzer


Les dejo otro cuento. Estoy muy, pero muy fome (aburrido / sin gracia).


El wurlitzer

En la esquina de Libertad con Alameda hay un pequeño bar que tiene un wurlitzer con un disco de tangos.

Luego de varias botellas de vino John, a quien no le gusta la música porteña, entra en un estado de trance y comienza a cantar acompañado por la maquinita, luego, sin monedas, prescinde del aparato, más tarde ya no necesita del pequeño bar que lo parapete, luego se desentiende de nosotros y desaparece, sin dejar de cantar.

Hoy, aún es posible ver a nuestro amigo John sumergido en los tangos en el metro y en algunas micros de la ciudad.




El viejito (fomeque)