Nenes y nenas
Antes que todo quiero pedir disculpas públicas a cada uno(a) de ustedes por no pasar a visitarlos… he estado como colérico de loco, y pa’ no escribirles cosas al tún tún me he reservado el derecho de cerrar la sanguchera (las teclas serán en este caso).
Bueno, lo que yo quería contarles era que el fin de semana me llevaron (no podría decir otra cosa) al casorio de mi sobrino nieto Bobby (le decimos así de cuando era güeñi). No hay respeto, ya nada es como antes, en la misa tocaban guitarra, quién lo habría imaginado siquiera, me entienden: ¡¡¡¡con guitarra!!!!. Parece que así se estila ahora, por lo que comentaban en ese momento, yo no entendía mucho, en mis tiempos eran en latín y con órgano de tubos… bueno, el cura mantuvo la tradición y nos sermoneó a todos, por culpa de otros agilados que no vinieron. Y como yo, a esta edad no aguanto que ningún pelafustán de moledera me venga a decir ni una payasada, le paré el carro en seco en medio de la misa, llego a parar el espinazo. Como que se anduvieron enojando conmigo… me miraron como raro y me amurré… dije que después de la misa no iba a ninguna celebración, pero me echaron arriba de una micro y p’al Cajón del Maipo partí.
La fiesta estuvo bien buena, buena pa’ los desgenerados coléricos pelilargos que bailan esos ritmos decadentes, unas cumbias más raras, unos reggeaton (o algo así donde la gente quiltrea), y una música inentendible. Ni un tango, ni un charlestone o un fox-trot, hasta una polca me hubiese bailado… y eso que habíamos hartos vejetes y vejetas (simpaticonas). Yo quería bailar un rato, pa’ lucirme con las damas, estaba más emperifollado que la yegua del toni, impecable como siempre: las buenas catimbas de charol, buen paletó de lana y un cacaraco a todo lujo…ni les cuento del Borsalino o la pajarita… todo a tono… color camello, como los trinches antiguos.
Estaba bastante fastidiado, hasta que mi sobrino se las mandó… pidió el micrófono y le cantó a la novia un tango (Pasional)… quedó como rey… y yo terminé pensando lo de siempre: todo tiempo pasado fue mejor.
Pasional (1951)
Letra: Mario Soto
Música: Jorge Caldara
No sabrás... nunca sabrás
lo que es morir mil veces de ansiedad.
No podrás... nunca entender
lo que es amar y enloquecer.
Tus labios que queman... tus besos que embriagan
y que torturan mi razón.
Sed... que me hace arder
y que me enciende el pecho de pasión.
Estás clavada en mí... te siento en el latir
abrasador de mis sienes.
Te adoro cuando estás... y te amo mucho más
cuando estás lejos de mí.
Así te quiero dulce vida de mi vida.
Así te siento... sólo mía... siempre mía.
Tengo miedo de perderte...
de pensar que no he de verte.
¿Por qué esa duda brutal?
¿Por qué me habré de sangrar
si en cada beso te siento desmayar?
Sin embargo me atormento
porque en la sangre te llevo.
Y en cada instante... febril y amante
quiero tus labios besar.
¿Qué tendrás en tu mirar
que cuando a mí tus ojos levantas
siento arder en mi interior
una voraz llama de amor?
Tus manos desatan... caricias que me atan
a tus encantos de mujer.
Sé que nunca más
podré arrancar del pecho este querer.
Te quiero siempre así... estás clavada en mí
como una daga en la carne.
Y ardiente y pasional... temblando de ansiedad
quiero en tus brazos morir.
El viejito (que quedó con ganas de sacar viruta)