Los travestis de Palermo
Ayer me dormí una buena siesta y tomé mate hasta que se me hincharon los riñones, claro que la próstata me anduvo fallando un poco, y me lo pasé de carreritas al baño.
En la noche llegaron los malandras, para que nos fuéramos a Palermo Viejo, es decir, a unas cuantas calles de donde don Nano (donde paro). Resulta que los mozalbetes actores de ayer le comentaron a unos amigos pintores de la salida de anoche y ahora los muy mermes me quieren conocer, no entiendo por qué, ni para qué, pero para no hacerle un desaire morrocotudo a Pablín accedí.
Salimos tardecita, la noche estaba agradable, pero de repente quedé helado, tieso, como perro en bote cuando al pasar por una calle, veo un grupo de lolas en bikini, todas medían mas de 1.80 m, estupendas, macanudas y lindas... parece que quedé en tan perplejo que no me moví más y mis amigos se rieron y me presentaron a una de ellas... ¡¡NO ERA UNA-ERA UNO!!!!!!!!!!!, casi me morí, se me calló hasta el clavel de la solapa... ERAN TODOS HOMBRES!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! no hay respeto!!!, prostitutos y maricotas..... donde estaba la policía??, donde estaba la inquisición???... donde estás diosito lindo????, ahora entiendo porque este país está como está. Tropel de locas. Fueron miles de cuadras y ellos mostrando sus presas (ajenas y de plástico) a vista y paciencia de la gente decente... todos se reían de mi alegato, hasta que pasó una dama, una señra de verdadb de unos 60 abriles muy digna para caminar con un perrito. Yo inmediatamente le dije: señora mire a estos inmorales, llame a los policías... la señora me miró con asco y me dijo: CALLATE LA BOCA, VIEJO LOCO.
Ahí me quise morir, pero como había quedado de juntarnos con los muchachos seguí caminando, pero le grité a cada una de las 87 mujeres-hombres que vi. En la reunión, con unas botellas de ginebra, no sé de lo que hablaron... yo no pude dejar de pensar en lo que había visto en el trayecto.
Necesito uan explicación???!
Ahora si que necesito este viaje a Rafaela, para relajarme, el campo y la gente de buenas costumbres me calmarán. Hoy en la noche parto de Retiro...
El viejo sorprendido